martes, 22 de julio de 2008

Sexto día

Al morir uno puede verse reflejado dentro de sus propias pupilas, echar un último vistazo hacia el interior, tal vez obtener un punto de vista nuevo sobre uno mismo... Probablemente tienen lugar dos vistazos, uno primero hacia afuera que encuadra la tragedia en su escenario y uno segundo hacia dentro con el que el proyecto de cadáver comienza su inmersión hacia la pérdida de consciencia.


Mi sexto día es un silencio, no la muerte. En este sexto día sólo hay silencio, coger aire hasta llenar los pulmones y la contención del aire en ellos.

Silencio, mi sexto día es silencio,
silencio con todos los sentidos alerta
pero sin temor.

Señora, en el sexto día no muere nadie, pero tenga muy presente lo que acaba de escuchar, cada palabra, porque ese día sólo oirá el silencio y sentirá sed.

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