martes, 10 de febrero de 2009

To leap, to disappear...

Saltar. To leap

Me gusta dar saltos suicidas desde la yema de tus dedos, tirarme con los ojos cerrados desde una para coronar la siguiente. Me gusta llenar mis pulmones de aire mientras cojo impulso y caer sobre material tan blando cuando alcanzo mi objetivo. Aquí arriba hay mil cosas por hacer, por descubrir. El paisaje de uñas recién cortadas, rosadas y limpias me hace sonreír. Quisiera lanzarme por una de ellas como si de un tobogán se tratase, pero no me atrevo por miedo a caerme de tu mano, así que me quedo sentada sobre esta yema. La beso con cuidado para no despertarte, para que no me presientas, para que siga siendo un recuerdo de otro día en que nos vimos.
Hoy no estoy entre tus dedos, para ti no, shhhh, no mires esta mano, eso es, descansa. Yo me agarraré al final de tu uña y meditaré mucho el mejor momento para dar el siguiente salto. Mientras lo pienso tu pones esta mano cerca de la cara, desde aquí podría saltar a tu labio, hacer espeleología entre tus dientes, perderme un rato en la oscuridad y luego regresar a la comisura para buscar el camino de vuelta a los dedos.
Me da un poco de miedo, no consigo perder ese respeto asustadizo hacia tu boca y me quedo aquí muy quieta, respirando tu respiración, tu boca que es ahora todo mi paisaje. La vista no alcanza mucho más, un poco de barbilla, interesante barbilla, pero ni si quiera está entera desde aquí. Recuerdo aquellas casas escavadas en la roca y me imagino viviendo ahí, dispuesta a tenerte por hogar, a dejarte cada mañana para ir a trabajar y regresar por la noche a tu boca.
Cada día un viaje de ida y otro de vuelta, cada día saltando de una yema a otra hasta llegar a mi pequeña casa húmeda y cálida. Suena bien, pero tengo que saltar, llegar al último dedo, al más pequeño y desde allí a tu almohada. Me marcho en silencio y me aguanto las ganas de llorar, volveré otro día, volveré a soñar sobre tu piel cansada lo que podría ser si me mudase a ella.


No hay comentarios: