miércoles, 30 de enero de 2008

En un instante


Desearía profundamente quedarme en ese pensamiento, el pensamiento de un espacio brumoso y azul, en el horizonte indefinido que se eleva desde la entrada en una suave inclinación.
Había un abismo donde debería haber estado dibujado tal horizonte, el abismo es una señal de peligro que no quisimos reconocer. El azul es un color que engaña y aquella bruma no parecía amenazadora, más bien pacificadora... el vacío como nuevo concepto de jardín donde reposar la mente: puede usted acudir cuando sienta que es imperativo escuchar la brisa entre las hojas de los árboles, entre la hierba.
Alli no habrá árboles, ni hierba, ni vida animal o vegetal más que la suya, sin embargo, podrá usted imaginarla si así lo desea. Se podrá pensar muerto si lo considera más apropiado, reconfortarse creyendo firmemente que la muerte es así, un brumoso espacio para la paz donde el exceso de pensamientos es rápidamente silenciado.
No podemos pagar por regresar allí, y vosotros no podéis pagar nada por llegar hasta aquella bruma, sirva de consuelo el pensar que no era un espacio de fiar, aquel abismo.... ¿dónde acababa? Por otro lado, queda esta foto y la posibilidad de pensar lo que imaginaríamos de estar allí; no penséis en cómo debe ser, pensar en cómo desearíais que fuera y así será.
Durante muchos años imaginé mil historias a traves de los jardines de la Toscana que miraba cada semana en un libro de mi casa; cuando pude ir a tocarlos no me decepcionaron.
Se piensan los espacios de una manera, se experimentan de otra y no son de ninguna de ellas, por eso nunca pueden decepcionar, no hay ideas preconcebidas, sólo imaginación

5 comentarios:

dopo dijo...

John Berger habla con su hija acerca del dibujo de la carne el los cuadros de Tiziano... afirma que a veces la carne parece sólo femenina: “¡Pues claro que no! ¡La carne no es sólo femenina! El que a lo largo de los siglos las mujeres nunca hayan dejado de ser deseadas, el que los hombres las deseen siempre, se debe, en parte, a una pequeña mentira, tan vieja como el mundo, según la cual, toda la carne es femenina. No es más que una convención en virtud de la cuál los hombres utilizan los cuerpos de las mujeres para expresar sus propios deseos pasivos, su deseo de abandonarse, de tenderse, anhelantes, en una cama. Los hombres han delegado en las mujeres este aspecto del deseo. El cuerpo de la mujer se ha convertido no sólo en el objeto, sino también en el embajador del deseo masculino. O, más bien, del deseo sin más, al márgen del género..."

Y luego añade, hablando sobre tiziano:

“El pecho de Dánae, tan maravilloso, tan sugerente y tan intangible, revela, de una vez y al mismo tiempo, todos los límites y todos los triunfos de su creación pictórica… (la de Tiziano) (…) Tiziano se ponía el disfraz de todo lo que pintaba. (…) Temía ser sólo hombre, no ser Dios además, y también mujer, y un bosque, y la bruma, y un montón de tierra… ¡Temor a ser sólo hombre!”…

La frase que me ha traido a la cabeza este extracto es la siguiente: "Se piensan los espacios de una manera, se experimentan de otra y no son de ninguna de ellas, por eso nunca pueden decepcionar"... no estoy nada de acuerdo... creo q es tan interesante el cómo se piensan como el como se viven... y q decepcionan...

Vernon Sullivan

Le Nzzo dijo...

Often, in a scene, the room and the light together signify a moo. So even if the room isn't perfect, you can WORK with the light and get it to feel correct, so that it has the mood that came with the original idea. The light can make all the difference in a film, even in a character.
I love seeing people come out of darkness.

David Lynch.


Chasquido: Violación luminosa - efímero azul en las venas.

Paul Eluard


¿Escupirán sobre nuestras tumbas?

copperhead dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
copperhead dijo...

Sin profundizar mucho en conceptos filosóficos platónicos, creo que podemos coincidir sin demasiada dificultad en que la "realidad" no es lo que vemos. Siempre hay un profundo pozo de subjetividad que nos impide ver mucho más allá de nosotros mismos.
A parte de eso, el gran problema para los humanos al observar el mundo es la falta de información... sabemos muy poco de nada y por tanto no sabemos nada de la realidad que subyace en las cosas.

Así que sí, los espacios no deben decepcionar nunca porque cómo los veamos dependerá de nuestra subjetividad, por tanto, siempre podemos escoger cambiar nuestro punto de vista sobre ellos, y con eso cambiará rápidamente lo que tenemos delante de los ojos.

Claro que es tan interesante lo que se piensa como lo que se vive, lo curioso es que prácticamente no hay diferencia entre ambas cosas; no la hay en absoluto...

La luz es un recurso estupendo, pero es que podemos incluso modificarla con la mente cuando físicamente no sea posible. ¿cómo podría decepcionar algo tan maleable?

Nelo dijo...

pues a mí me parece que más que un pensamiento refleja más la neblina de un buen colocón.