lunes, 30 de marzo de 2009

Un capítulo, aún sin número, de la petite histoire de Audrey y su casa encantada...

Había un pájaro bastante pequeño esperando la muerte con mucha tranquilidad. Cayó en el alfeizar de la ventana del tercer salón, de allí al parqué y quedó cubierto por una sábana de luz mientras respiraba lentamente.
Cayó mientras Audrey estaba en la cocina, preparando cangrejo y escuchando el ave maria de Schubert. La música llegaba hasta el salón, recibiendo al moribundo visitante con delicadeza y cortesía. Bajo la luz cálida y la música, el pájaro respiraba cada vez más lentamente, no para acercarse a la muerte, sino precisamente para todo lo contrario: alargar esos últimos minutos de vida tan extrañamente perfectos, tan ajenos a lo que había sido el resto de su tiempo en la tierra.

Nunca este pájaro había conocido un minuto semejante a todos esos, sobre el parqué templado, con aquella música y el delicioso aroma a comida que poco a poco también se acercaba hasta él. Es bueno morir así, era mucho más de lo que Audrey podía desear para ella misma, aunque en ese preciso momento no fuese consciente de la manera en que estaba contribuyendo a la felicidad del animal.

O mio Babbino Caro, unos ojos enfundados en plumas se entornaron al escuchar la voz de Callas. No se si lo comprendería, hasta qué punto era afortunado por irse de aquella manera, porque su cuerpo fuese conservado del frío interior gracias a aquella calidez de la casa de Audrey. Ella aún no había conseguido sentirla, y él sin embargo, la había poseido desde que cayó...
Ella llevaba un mes intuyéndola, esperándola para poder tomar la decisión de morir allí también, preparando comida que nunca era capaz de acabarse, estudiando cada planta marchita de cada salón, cada poro de la casa como si de un amante se tratase.

No... aún no lo había logrado, al entrar en el salón y ver al pájaro vivo bajo la luz y la música, comprendió la distancia entre ambos, le envidió amistosamente y le deseó lo mejor con una caricia alejada.
Seguía de pie, a cinco pasos de él, con el plato de comida en una mano y una copa con agua en la otra, cuando el animal murió. Tenía la cabeza vuelta hacia la pared, así que no llegó a verla antes de morir, pero sintió su presencia y fue por eso que quiso dejarse ir, empequeñecer un poco más y dejar de respirar.
Por un momento Audrey estuvo cerca de comprender cómo se hacía, como se moría en paz. Viendo aquél animal reposar sobre su lujoso suelo, creyó que sabía cómo debía proceder, qué debía sentir, pero la claridad duró sólo unos segundos. En cuanto el animal murió y ella se acercó a su cuerpo, todas las ideas se esfumaron y quedó de nuevo la confusión, incluso cierto miedo irracional.
Haber estado tan cerca hacía la vuelta atrás insoportable y aquel gesto en la cara del animal, tan tranquilo, si, tan consciente de su suerte… como si la atmósfera cuidadosamente trabajada por Audrey le hubiese arrullado y acompañado hasta el más mágico sueño infantil... ese gesto hería.
Tanto trabajo, tantos detalles e investigación para hacer de la casa lo que era, habían acabado recompensando al pájaro mientras ella continuaba en un aséptico estado de impermeabilidad. Separada por un cristal dolorosamente infranqueable, con cada latido cubierto de plástico negro, de bolsas de la basura.

No podía, no quería irse sin encontrar al menos un elemento de sí misma en aquella casa. Buscaba en el lugar adecuado, era el único lugar donde los ruidos se convertían en murmullos, donde al menos alcanzaba a identificar cada parte de su confusión. Estaba entre las ramas que se estiraban por el suelo, entre las raíces, las de las plantas y las de los sueños.

En esas raíces de sueños sudorosos a veces había más y a veces menos que en las paredes, que en la alcachofa de la ducha metálica, que en la música tan meticulosamente escogida con la que el pájaro había aprendido a morir(.....)


jueves, 26 de marzo de 2009

Superhéroe

Ayer habría podido soplar
Con fuerza
Por toda tu cara.

Escupir las palabras que pediste,
Saliva y té y miel inglesa.
Traspasarte esa responsabilidad

Ayer podríamos haber ido al cine
Y de madrugada yo habría sido
Un superhéroe pálido.

Aprehender mi identidad,
Resolver el misterio
Por ti.

“No tengas miedo,
Este trabajo no es distinto
de los demás”


Agnès Castilla

Voilà Agnès

QUERÍA trabajar,
Trabajarte.
Leer “las brujas”
Recitar índices y
Componer
besos
sobre ti

Agnès Castilla

lunes, 16 de marzo de 2009

domingo, 15 de marzo de 2009

Eloise, Izzy y Tom

- You shouldn't smoke. Sometimes people die when they smoke, sometimes they get cancer

- I can't die (...) I don't exist

- So, how come?

- I'm fiction

Izzy dijo que Eloise no existía, que se había follado a la nada. Por eso Tom le dejó caer, nunca habría dejado caer a su mejor amigo por ningún otro motivo.

Una gran película... no diré el nombre porque la he destripado, espero que os encontréis con ella alguna vez.

sábado, 14 de marzo de 2009

Des montagnes en papier qui brûlent comme des pièces de domino

Ahora que tengo tiempo para mirarme los pies y para mirar por la ventana, me dicen que un meteorito ha caido sobre un pueblo de la provenza. Todos han muerto un poco, a pesar de que era un lugar abandonado, como aquel de Comala, pero en francés.
Seguro que murió algún Pierre metafórico, mientras mi mirada flotaba de los pies al paisaje, deteniéndose en cada objeto del cuarto.

Yo quisiera preocuparme por todas las cosas que alcanzan a mi ojo izquierdo, pero no puedo. Está este desorden a mi alrrededor, el vestido de ayer limpiando el suelo, las medias encogidas sobre ellas mismas, la caja de zapatos cerrada como un secreto negro de zapatos negros.
Está la mesa con montañas coloridas de papel, discos de música clásica, dos velas perfumadas, tres, mi pluma y el meteorito sobre un pueblo abandonado.

Están todas esas cosas y yo las miro, pero no estoy con ellas.

También hay montañas de papel en el suelo, junto a la ventana. Vivo dentro del sueño de un pirómano, esperando el día en que decida quemarnos con todas las consecuencias. Veremos las montañas arder como piezas de dominó, contagiándose una a otra el calor, el humo, la furia de sus lenguas de fuego.

Sobre la cama diré "lenguas de fuego" y "lenguas de glaciar", para compensar un poco. Si fuera montaña de papel podría quedarme quieta mirando y esperando mi turno en el juego de arder, pero eso es dificil. Además no importa, sólo es el sueño de un pirómano, aquí nunca arderá nada.

Si fuera una media encogida sobre el parqué, me revolvería, ¿se dice así? ¿me revolvería?, como media no tengo mucha educación. Lo que si tengo es un cuerpo que hace un ruidito penoso al quemarse, que se mueve como una serpiente a medida que las lenguas, de fuego o de glaciar, asesinas, avanzan camino de mi perdición.

Ha caido un meteorito copper, céntrate... ha caido un meteorito y han muerto muchos pedros... pero todo lo que alcanza ahora mi ojo izquierdo son esas medias.
Por lo menos he sido capaz, durante unos segundos, de comprender a alguien.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Jonathan y un té con miel

Yo me iría con Jonathan en bus around US... total, para lo que hay que hacer aquí... comer miel, poco más...

seguro que corriendo por USA en autobus tenía mejores ocurrencias, y si encima es con este caballero... saldría un libro que nadie compraría pero que me haría reir con solo mirarlo.

lunes, 9 de marzo de 2009

Un buen índice

Entre las abejas en mayo
Cocina a base de miel
El apicultor y la farmacopea apícola
Experimentos en el control del nosema
Esta semana en el colmenar
Lo último sobre la jalea real
Los poderes curativos del propóleos
Regurgitaciones
Cena anual de los apicultores británicos
Noticias de la Asociación


Me quedo con "esta semana en el colmenar", que da mucho que pensar...
Esta semana en el colmenar, encontraremos algunas novedades: se ha decidido cambiar el uso de un tercio de las colmenas. Con el repentino cambio de temperatura las abejas han quedado un poco aturdidas y, en un estado resacoso, han decidido reorganizarse para comenzar la colecta y producción de miel y jalea real lo antes posible.
Ayer por la mañana se llevó a cabo la primera reunión, de la que salieron ideas peligrosamente innovadoras. Tras la reunión a última hora de la tarde, las abejas obreras de más meses de vida llegaron a conclusiones más moderadas, aún así, muchas colmenas deberán cambiar la producción de miel por la de jalea real. La expansión de la colonia es ya una realidad inevitable, una realidad sobre la que se trabaja afanosamente desde el amanecer de hoy lunes. Entiéndase que más jalea real significa más reinas para nuevas colmenas.

Parece evidente que las abejas desean cambiar el rumbo de sus diminutas vidas y de paso dar mejores temas de conversación en las cenas anuales de los apicultores británicos. Un par de colmenas intentará, por segundo año consecutivo, producir un nuevo tipo de miel, más densa y calórica, con la que alimentar a nuevas generaciones de abejas guerreras. La mayoría de colmenas han prohibido tales experimentos, pero las dos colmenas del oeste no cesan en su empeño...


Total, que un día te despiertas, coges el coche y ves que por la carretera hay muchos árboles en flor... así es como llega la primavera, te das cuenta de que el invierno se ha pasado dolorosamente rápido, de que la primavera va a ser aún más dolorosa (mucho, muchísimo más) y de que, si a las abejas les ha pillado este cambio tan (perdón por la expresión) en bragas como a ti, pues mal vamos para la producción de miel de este año...
Ya si encima tenemos en cuenta que, cuanto peor se me ponen las cosas, más miel me da por zampar... puess...

domingo, 8 de marzo de 2009

bizcocho y fechas

He hecho un bizcocho de café, pasas y almendras, prueba un poco. Si quieres le echamos aquella miel... te acuerdas? deben haber pasado ya muchos meses, igual ya caducó pero es que ni si quiera la abrimos, bah, seguro que está bien, las etiquetas mienten descaradamente.

La etiqueta dice, "consumir preferentemente ante de fin: 12/08", para empezar es una frase mal construida y para seguir ¿qué leches significa preferentemente? ¿que después mejor tirar el contenido pero allá tu? Me suena eso... ese "mira chica, allá tu" y así todo arreglado, la empresa que produce la comida, las personas que te rodean, todos se lavan las manos señalando un par de cifras y añadiendo un "allá tu, yo no puedo hacer más por ti".
Una se mete en la cocina, hace un bizcocho sin fecha de caducidad, que desde luego estará duro como una piedra dentro de una semana.. pero no hay fecha de caducidad, si quieres puedes roerlo poco a poco dentro de un mes, seguro que sigue siendo comestible.

Nada, la gente no se quiere mojar y pone cifras por todas partes como si eso les fuese a salvar del limbo o mejor, a dejarles allí en un estado de "yo fui honesto, di todos los datos que tenía". Eso es exactamente, dar datos en lugar de apostar a que, por malo que esté este bizcocho dentro de un tiempo, seguirá siendo comestible y hasta divertido el coger pequeñas migas para jugar con ellas entre los dientes.

¿Y si te sienta mal? Pues si te sienta mal, te pasas una semana en la cama (como muchísimo) y a tirar para adelante, que nadie se ha muerto por probar un bizcocho pelin mohoso... al paso que vamos sustituiremos las papilas gustativas por cifras delante de los ojos, ¿no está el sentido del gusto para indicarnos cuándo la comida está mala? Pues eso, si el bizcocho ha acogido a una afable familia de hongos y lo pruebas, lo escupes. Y si eres tan idiota de zampártelo, te pasas la semana de rigor en cama y hacemos un bizcocho nuevo.

Hay gente que después de ponerse mala por un bote caducado afirma no tener ganas de volver a probar nunca más el producto en cuestión, lo destierran para siempre... la gente es tonta.