miércoles, 25 de febrero de 2009

Filosofía hecha con imágenes

Las películas de Samuel Beckett son reflexiones filosóficas que buscan la simplificación del lenguaje, su reducción a cero consiguiendo transmitir sin embargo una vasta cantidad de ideas. La existencia a través de la percepción por otro, la autopercepción, el miedo a la misma...

"Eh Joe" vino después de "Film", tiene sonido pero el espacio es mucho más simple... Me encantan estas habitaciones de Beckett, parecen la representación de los pensamientos de sus personajes. Las habitaciones no son espacios, sino lo que Object, o Joe, o quien sea, piensa. Es donde más a resguardo o más perdidos se sienten... arquitecturas para la mente donde ésta encuentra lo imprescindible: algunas puertas o ventanas, un lugar donde reposar, aire a través del que moverse y, en cuanto bajan la guardia, la autopercepción que les machaca.

martes, 10 de febrero de 2009

presentación formal

Regresé después del vanishing act...
Parece que acabar exámenes ha hecho que se me escapen muchas palabras de la cabeza, ya tengo algunos escritos guardados en el ordenador que iré publicando (no tooodos) poco a poco.
Por el momento dejo ese pequeño "Saltar. To leap", la canción con la que lo escribí y aquí la presentación de un blog bastante especial:
http://ingenieroglobal.blogspot.com/

Un ingeniero global que casualmente es mi hermano, que empieza una nueva vida... viajes y más viajes. Mis expectativas parisinas se quedan a la altura del betún frente a la rutina viajera que va a adquirir este muchacho. Los destinos son un misterio, pero prometen ser exóticos, así que espero que publique fotos curiosas y me invite a pasar un tiempo en cada uno de ellos!!!!

Saludos a todos!!!

Por cierto, una recomendación: visitad Estambul cada dos años, y si sois fuertes, plantearos pasar allí unos meses al menos... "Raki is the aswer, I don't remember the question"

To leap, to disappear...

Saltar. To leap

Me gusta dar saltos suicidas desde la yema de tus dedos, tirarme con los ojos cerrados desde una para coronar la siguiente. Me gusta llenar mis pulmones de aire mientras cojo impulso y caer sobre material tan blando cuando alcanzo mi objetivo. Aquí arriba hay mil cosas por hacer, por descubrir. El paisaje de uñas recién cortadas, rosadas y limpias me hace sonreír. Quisiera lanzarme por una de ellas como si de un tobogán se tratase, pero no me atrevo por miedo a caerme de tu mano, así que me quedo sentada sobre esta yema. La beso con cuidado para no despertarte, para que no me presientas, para que siga siendo un recuerdo de otro día en que nos vimos.
Hoy no estoy entre tus dedos, para ti no, shhhh, no mires esta mano, eso es, descansa. Yo me agarraré al final de tu uña y meditaré mucho el mejor momento para dar el siguiente salto. Mientras lo pienso tu pones esta mano cerca de la cara, desde aquí podría saltar a tu labio, hacer espeleología entre tus dientes, perderme un rato en la oscuridad y luego regresar a la comisura para buscar el camino de vuelta a los dedos.
Me da un poco de miedo, no consigo perder ese respeto asustadizo hacia tu boca y me quedo aquí muy quieta, respirando tu respiración, tu boca que es ahora todo mi paisaje. La vista no alcanza mucho más, un poco de barbilla, interesante barbilla, pero ni si quiera está entera desde aquí. Recuerdo aquellas casas escavadas en la roca y me imagino viviendo ahí, dispuesta a tenerte por hogar, a dejarte cada mañana para ir a trabajar y regresar por la noche a tu boca.
Cada día un viaje de ida y otro de vuelta, cada día saltando de una yema a otra hasta llegar a mi pequeña casa húmeda y cálida. Suena bien, pero tengo que saltar, llegar al último dedo, al más pequeño y desde allí a tu almohada. Me marcho en silencio y me aguanto las ganas de llorar, volveré otro día, volveré a soñar sobre tu piel cansada lo que podría ser si me mudase a ella.